Te Cortaría en Mil Pedazos : relatos, historias propias. Resucitandote en cada historia. | Weblog de Cristian Sena

Parte 4
"Gaby"

Y ahí estaba sentado, con el corazón en la mano, muy agitado, todo se empezó a nublar, veía todo gris me sofocaba, tenia calor y frio, hasta que encontré la paz al cerrar los ojos. Cuando los abrí, estaba el Gabriel sentado al lado mío, de la locura, del miedo a morirme, ni cuenta me di de cuando se sentó.

—Qué fácil que es ayudar al otro ¿Viste vos? –dijo Gabriel
—Andá a cagar, vos me venís a pelotudear boludo.
—Asqueroso, hermano.
—¿Lo qué?
—El pedo que tenés, sarnoso, pasó el tiempo pero las mañas no las perdiste.
—No seas así, sabes que una petaca de whisky me hace bien, que no me emborracha. Che Gabriel, sos un hijo de puta, no sabés lo que te extraño, la puta, loco.
—Ya te pones melancólico, pasa que acá las visitas a la tierra son muy limitadas.

—Sí, pero yo te extraño, muchas veces me pongo a pensar que sería de nosotros a esta edad, la de putas, ya hubiéramos conocido a todas las putas del país.
—Che no hables de esas cosas, que si me llegan a pescar desaparezco de una.
—Todo bien, pero, yo no sé que haces acá.
—Estaba arriba, al pedo, y me dije, me le voy aparecer al Ruli así se caga de un susto… En realidad, vengo a pedirte un favor, necesito que le vayas a pedir perdón.
—Che, ¿No estoy muerto, no?
—No, boludo.
—Bueno, me quedo más tranquilo.
—Chau hermano –alcanzó a decir y al pestañar ya no estaba más.
—Chau mi vie…

Vos por ahí pensaras que este dialogo no existió, pero te juro que sí, por mi nena que existió. Tome el último sorbito que le quedaba a la petaca, me paré y empecé a caminar. Me fui hasta la casa de ella.

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Parte 3
"Valentía y cobardía"

Después de unos meses, volvería el Gabriel ganador. Ese flaco simpático, esa mezcla de pibe del interior con porteño que es irresistible para cualquier mujer.
Pero ella, no sé si decir su nombre, creo que no corresponde, no tiene sentido, no afectaría en la historia, tranquilamente podría llamarse Paula, Carla, Jimena, Lorena, Yanina, o como tu ex novia.
Yo trato de no meterme en la vida de las personas, yo sé que él puede superar eso solo, de hecho todos podemos y si no puede siempre tendrá la opción de matarse. Aunque eso es una cuestión muy personal de él. Sí, tengo corazón, pero la muerte mis queridos amigos, es inevitable. Si lo salvas, lo hace al año siguiente. Esas decisiones no pueden cambiarse, y está en todo su derecho, al menos, yo pienso así, si una persona tiene el derecho a vivir, también tiene que tenerlo para finalizar su vida. Después de todo, tarde o temprano, nos vamos pa’ arriba.
Pero, hermano, matarte por una mina es muy triste. Yo se lo dije de una, si te pensás suicidar por una mina, te quitas la posibilidad de recibir su perdón. Eso que le dije, es una idiotez, mirá que después de tanto tiempo te va importar que una mina te pida perdón, déjate de hinchar. Pero a él lo retuvo un tiempo, hasta que no aguanto más y sí, se suicido.

Al principio me sentí culpable, al igual que él, tenia ganas de putearlo, de decirle que era un hijo de puta, un sorete, un cobarde, porque matarse con pastillitas es de puto. Si tenes huevos te pegás un tiro.
Por supuesto, que esto que estoy narrando ahora, paso hace unos años, no es reciente, es que me estaba por dormir y dije, que mejor que escribir un rato para sanar un par de heridas.
Discutimos con mi mujer, creo que me zarpé, estaba muy triste, es que ya soy un tipo grande, tengo cuarenta y cinco pirulos, todos sabemos que a esta edad las peleas son para siempre, y ahí me acorde de Gabriel, a sus veintitantos, cuando éramos dos guachos, cuando le dije a mi mujer que era una putita de mierda, me quede duro muchachos, me quede inmóvil, como si el tiempo hubiera retrocedido, tal cual la situación de Gabriel volví a ver todo, pero pasaba todo muy rápido, fue un flash. Gabriel insultándola a ella, pestañar y mi mujer ahí, con sus mismos ojos. Tenía los ojos de la novia de Gabriel. Los mismos.
Si seré maricón que me largué a llorar, como un nene, adelante de mi mujer, mi viejo, delante de ella llorando como un pelotudo. Que locura. No sabía donde meterme, agarre la campera y me fui a la mierda.
Camine como loco malo, que se yo, habré caminado como veinte cuadras, hasta que por fin me senté.


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Parte 2
"El Fantasma del perdón"

Esa noche no fue a pedirle perdón, ni siquiera tuvo el valor de llamarla por teléfono, nada. Ya el problema no era con ella, ahora era con él.
Después de esa noche, comprendió que el que había cambiado era él. Que él no era el mismo Gabriel, que ya nada era lo mismo en realidad.
Es que cuando un amor es todo, es muy difícil seguir viviendo. ¿Cómo se hace?
Fueron unos años de estar juntos, hombro a hombro, corazón a corazón. Se los veía unidos, si se caía uno el otro corría a levantarlo y eso es amor, que me vienen con canciones de Axel, amor es la mierda con la que hay que convivir todos los días. Amor es cuando te sentís sucio por dentro y viene alguien a limpiarte, a demostrarte que hay un ser vivo que tenga teta o tenga pito se preocupa por vos. Que va más allá de tu aspecto físico que le interesa tu integridad de persona, la incertidumbre de saber que hay en ese envase.
¿Cómo Gabriel iba vivir así? ¿Cómo iba a vivir? Después de tantas sonrisas, después de tantos abrazos, de esa caída de ojos que lo enloquecía.
¡Ay mi viejo, si te contará lo que eran juntos! Te caes de trompa al piso.

¿Sabes lo que es que te esperen solo para darte amor en esas noches de invierno, de lluvia, de agua en los zapatos? No te das una idea lo que él iba a extrañar esas cosas.
Pero el ser humano si algo tiene es esa tracción a sangre que sino se muere se cree inmortal. Todos volvemos a morder la manzana. Todos buscamos una piedra para tirar.
No sabes lo que es verlo todo el día pegado al telefono, esperando un sonido, al menos un llamado equivocado, o una puteada. Él ahora buscaba eso, necesitaba que ella le devuelva una por una las puteadas que le dijo.
Tanto tiempo amándola, tanto dar, y ahora, estaba vacío, pero con la copa llena de vino.
Sí, señor, el vino es más que un amigo, como decían en una vieja serie, aquel hombre que no sabe beber, no sabe vivir.
Y él buscaba eso, la puntita, el principio de un nuevo andar, pero estaba negado, no puedo mentir, estaba negado y ya no confiaba ni en su sombra. Mi viejo, no sabes la pinta que tiene el tipo este. Yo con esa facha, no estaría escribiendo historias.
Vos pensá que a mí todavía me queda grabada en la mente la cara de terror que tenía esa piba, imagínate ahora, lo que debe ser para él vivir con eso.
Es que después de esa noche, vino otra noche, y muchas noches más, y pasaron cinco meses de estar así.
Para mí esa noche era una anécdota, me acuerdo que estaba endemoniado, casi se me escapa una carcajada, porque jamás lo ves enojado a Gabriel, es raro, pero viste, es como dicen, los más tranquilos son los peores y creo que si en ese momento había una pared la rompía de un cabezazo.
Yo con el trabajo y los estudios, tenía poco tiempo para estar con él, nos veíamos los fines de semana, o cuando podíamos, muchas veces ni siquiera iba a la casa, ya que el no quería salir, se acostaba temprano, un vinito y a la cama. Un vinito, una cerveza y varias medidas de whisky, se arruinaba. Estar borracho es un atajo a la paz, es un atajo a olvidar culpas, penas, y perdones nunca recibidos.
Yo sé que si ella lo hubiese puteado un rato, muchas cosas se habrían solucionado, porque al menos te enojas, y tenés un motivo para olvidar, pero cuando tenés el culo sucio mi viejo, cuesta mucho dormir con eso.
Ahora estaba viviendo esa etapa de mierda, pero muy llena de enseñanza, la etapa del duelo, porque a los amores hay que enterrarlos. ¿Pero que pasa si se entierran vivo? No mueren, y nos sigue el fantasmita, el fantasma de mierda, la ilusión de ver a la persona en milésimas de segundos, estés donde estés, y no tiene límites, porque es tan puto que se te aparece hasta con la luz oscura.


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Parte 1
"Del nunca más me voy a enamorar de ninguna mujer"

Yo no sé, a decir verdad, no puedo precisar si esto le paso a un amigo, o si mi cabeza en este momento lo esta imaginando. Lo que recuerdo, es la expresión “Nunca más me voy a enamorar de ninguna mujer”.
Mientras escribo, las cosas se van aclarando solas, y sí, no estaba errado, esto le paso a Gabriel.
Creo que él fue el que lo dijo, lo dijo con una triste sonrisa, lo dijo porque lo dejaron. Porque una mujer le rompió el corazón. Despecho, bronca, impotencia, quizás le falto el coraje para putearla, y ahora eso repercute en su vida. Yo me ofrecí a llevarlo hasta la casa de ella para que la mande bien a la mierda.
Al final no fuimos hasta la casa, el destino quiso que la encontrara en el boliche, borracho, con justas razones y ella con otro flaco, ahí donde solía sentarse con él, cuarta mesa contando de atrás para adelante. Ella del lado del pasillo frente al ventanal y él al costado muy cerca de ella.
Gabriel llegó como pudo, sí, estuve mal, lo sé, pero no podía impedirle ese momento, era la situación perfecta, el lugar, la hora, estaba borracho, todo se dio para que la insulte, la degrade y que mejor que hacerlo delante de otro tipo y si tenía que pelearse lo iba a ser, porque tiene la motivación de un hombre dejado. Caminó derecho sin chocarse a nadie, es como que el alcohol se le evaporo en un instante, como si no hubiera tomado una copa, ahí la tenia a la muy putita.

Ni siquiera había pasado un mes, que digo mes, semana, hacia exactamente cinco días que ella lo había dejado, una tarde lo encontré arruinado en la puerta de su casa.
Que más da, anda y putéala le dije, y se mandó. Llego hasta la mesa, ella lo miro sorprendida, quizás era miedo más que sorpresa, pero él solo quería putearla, decirle alguna pavada, decirle que le había cagado un pedazo grande su vida, en fin, que era una mierda, una trola, cosas que decimos cuando estamos borrachos, porque no solo prometemos cambiar, también mentimos.
Lo cierto es que se acercó, y le dijo, que era una hija de puta, que se había cagado en todo, que él se rompió el orto para que ella sea feliz, que no podía creerlo. Ella por supuesto, no reaccionó. El flaco que estaba con ella se paró, y ahí me acerque yo, solo para llevármelo, alejarlo, ya estaba saldada la deuda, ya podría dormir tranquilo.
Salimos del boliche, y caminamos unas cuadras, caminamos porque estaba tenso, porque necesitaba relajarse, encima no fuma, tenia un volcán dentro de su ser.
Luego de unas cuadras casi de funeral, nos sentamos.

—Gabi, ¿estás mejor?
—No, esto duele mucho
—Viste, amar duele hermano, amar.
—No, es algo raro, tengo una decepción enorme, no protesto, no se le movió un pelo. No tiene sangre, ella no era así.
—Todos pensamos así, que si vamos, la puteamos, la degradamos un poco, la herimos, sanamos nuestro dolor, un pensamiento estúpido.
—Es que yo quería hacerlo, tenía muchas ganas de mandarla a la mierda. Pero no estuvo tan bueno, ahora me siento como el orto.
—¿Te sentís muy mal?
—Sí, creo que me voy a morir.
—Anda y pedile perdón
—Estás loco, ¿cómo le voy a pedir perdón?
—Decile que estabas borracho, que te perdone
—No me va a perdonar

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