Te Cortaría en Mil Pedazos : relatos, historias propias. Resucitandote en cada historia. | Weblog de Cristian Sena

Ya suena la música
la sentís en tu vientre
veo como te estremece
y siento el latido de tu corazón
melodía sin fin que te hace volar
(ya estas acá)
¿Sentís la música?, pregunté con los ojos cerrados
y esa voz que enloquece a tus pelos
que acaricia tu espalda, te sonrojas
y brillas
(como anoche)
Y esa guitarra que viene y va,
acompañada de palabras que te atrapan
y ya nunca más volverás a ser la misma
cuantas caídas, y siempre de pie
hermosa, siento la música al igual que vos
en mi vientre y en mi espalda, en mi pecho
y en mi cabeza te aferro a mis sueños
(esos que olvidas al despertar)
vuelven los tambores y la habitación ya nos queda chica
que pequeño es el mundo, te escuché decir
que grande y hermosa es tu casa, respondí
y nos sentamos en el piso, nos tapamos con frazadas
y el concierto comenzó.
(bis bis)

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Y cuando nos encontramos estábamos ahí los dos. Había viajado hasta su casa, estaba realmente muy cansado. Pero no lo suficiente para sentir nervios, una sensación similar a la de la sospecha de una mentira. Adrenalina, creo yo.
Ahí los dos, ella en musculosa blanca, un jean sin culo, sandalias, y su pelo descontrolado. Yo, un cuerpo vestido, un simple cuerpo, sin afeitar, dejado, no querido por otros cuerpos.
Ella sonrío, y yo supe que había viajado al pedo. Como dos desconocidos, y la pregunta en mi cabeza; ¿Esto era todo?
La mire a los ojos, y le dije ingenuamente, sintiéndome un completo idiota, como me sale hablar cuando estoy nervioso, como hablo cuando necesito escuchar la voz de la otra persona, sus gestos, su forma de expresarse, en fin, como acostumbro a prejuzgar, le dije que olvidé afeitarme del apuro, que hasta olvidé las llaves de mi casa, y que no sabía como iba hacer para entrar cuando vuelva, ah y que estaba muy linda.
Se sonrojo y miro al piso, yo no esperaba un halago, ni una respuesta, lo dije por decir, para justificar un poco mi fealdad, tal vez, o solo quería decirle un piropo sin quedar como un desesperado.
No creo que lo haya entendido, a mi me molestan esas cosas, los piropos, los halagos verbales, la inconciencia de la gente para quedar bien, me molesta, de chico me dí cuenta de eso cuando una persona en la calle me paro y me dijo “que buena campera, ¿Dónde la compraste?”. No tuve una mejor respuesta que decirle que me la habían regalado para mi cumpleaños, que si quería que me deje algún contacto y lo averiguaba. Eso no paso. Se rió y me dijo que estaba todo bien. Lo que me molestó fue que él no tenía nada que yo pudiera halagarle, retribuirle ese cumplido, odio no poder favorecer a la otra persona.

¿Ya les conté de sus ojos?. Son color miel, achinados, delineados, cejas castaño claro, son los más bellos que conocí en toda mi vida. Yo le decía que seguramente sus ojos no sabían de distancias. Ya que al ser tan hermosos, nada se les podría escapar.
Su nariz, su boca, su pelo, sus facciones, todo encajaba perfecto. Había viajado al pedo.
Tenía un tatuaje, lo descubrí cuando se saco la musculosa, estaba arriba del bretel de su corpiño, tenía una frase en letra cursiva. Desnuda era completamente exquisita, y creo que me estaba volviendo loco. La locura divina, pensé en ese momento, el instante, el déjà vu ficticio del primer beso.
Todo esto paso después, al principio fue una situación complicada, la de no encajar en ella, la de no encontrarme ahí, el estado no presente, no ubicar una palabra, no tener poder de decisión. Igualmente, ella ayudó bastante para sacarme de esa situación bochornosa, los hombres no podemos hacer nada solos, absolutamente nada.
La verdad es que fue una sola noche, y eso causa dolor. No me duele no verla más, lo que me duele es que fue esa noche, y nada más. A mi me encanto, pero a ella no. Y eso me molesta, como dije antes, lo que me molesta es no poder sentirme útil o favorecer a la otra persona.
Su tatuaje decía algo así: “Où le temps d 'arrêt”, le pregunté cual era su significado, me respondió que era algo que ella había inventado, que estaba en francés y que significaba “Cuando el tiempo se detiene”.
Antes de irme, después de que ella me acompañara hasta la parada del micro, justo antes de subir el primer escalón que me separaría para siempre, le dije que se había tatuado al pedo, que no tenía sentido esa frase, ya que todo el mundo sabe, que el tiempo no existe.

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Espantarme en circuitos ordinarios
de funciones de escapistas sin destinos,
muchas caras sin perfiles
y esas voces que ofuscan a cualquiera.

Rutina y amor, siempre derramando tu dolor
siempre espías, ocultos, atrás de tus lagrimas
y ese escombro que no deja de crecer
y vos ahí, organizando otra película.

Sueños que se matan por vivir,
la llegada es cruelmente hermosa
quizás correrás, te desmoronaras
pero tu mentira... va detrás.

Pequeños abrojos abotonados
galácticas ideas de inexperiencia
caeremos otra vez
como siempre, bien al fondo.

(a tu oído: bien al fondo)

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