Aquellos dos años, en los que soñé
en los que por intentar crecer me derrumbe
por ser sincero volví a mentir
ya pasaron dos años, de aquella estupidez
y al salir al palier, siempre algún pedazo de papel
“No puede ser”, volveremos a hundirnos
mil y una vez, dos mil, tres mil,
tres años más, cinco, mil (tiradas de mentiras)
En el peor momento de la historia
se nos ocurre una gran idea
una gran idea que se les ocurrió a veinte tipos más
“ya no hay nada que inventar, hay que hacer nuevas configuraciones”
con amor no se vive, si fuese así, seriamos inmortales.

Nuevamente el frío que nos hace calentar, nuevamente los imbéciles
que no valoran nada, otra vez la misma ciudad de mierda
envuelta en fantasmas del no triunfarás
“mala leche mi viejo, no encajas”
nuestro tiempo ya no vale, ningún tiempo vale
solo aquel que engrupe y miente,
lo llevamos en la sangre, es esa puta manía de no rendirse
es esa costumbre de fantasear con cosas tan reales
la locura de estar vivo y no saber que hacer
el ganar una batalla aunque la guerra este perdida
nos quedan horizontes, nos quedan un par de cuadras por patear
pero esta vez es diferente, tenemos una brújula en nuestro pecho
y la pasión que nos da fuerza. Cuando este en el piso
tírame una soga hermano, y haceme acordar
que nuestro orgullo esta intacto, que nuestra mente esta despierta,
proyectemos nuevamente, quizás, una salga bien
y si no, tendremos dos años más

(hasta el próximo café)