Te amo, y me importa un carajo si te sorprende que sea tan directo. Te amo y no pienso escuchar que me digas que estas enamorada. Te amo y me intriga como podes estar todos los días tan contenta con una mina que no tiene pito.
Te amo y si querés me corto el pito y lo hacemos guiso y lo comemos bajo la luz de las velas, bien-bien romántico. Pero sin Arjona, por que prefiero a Luís Miguel.
Y no me mires a los ojos que me puedo trabar y no voy a poder decir más nada, y aunque no lo parezca esto me humilla terriblemente, pero no puedo ocultarlo más. No puedo fingir, te amo, me enamore de vos. Y no sé si seré mejor que la otra estupida, pero probame, úsame y déjame, no me interesa, yo... te amo.
Renuncio al sexo por estar con vos, sí no te gustan los tipos, ni los pitos, ni el olor a hombre, prometo usar desodorante de mujer, si querés dormimos en la misma cama y no hacemos nada-nada.
Te lo juro eh, vamos al gym juntos, no sé, cocinamos, me imagino planchando un vestido... yo abrazándote por la espalda con mi mano apoyada en la tuya sobre el mango de una plancha a vapor ultimo modelo y se me cae el culo de solo pensarlo.
Voy a editar un diario en donde diga que una lesbiana se enamoro de un flaco, de un pelotudo que renuncio al sexo por estar con ella, así no te sentís única.
Dejala a María del Carmen, ¿Qué tiene que no tenga yo? ¿Querés que sea sensible? ¿Alquilo Titanic y lloramos juntos cuando se ahoga Leo?
Dale, no seas así, fingí, todas las mujeres fingen. Fingí, haceme sonrisita falsa decime que soy un ocurrente, un aparato, pero casémonos y vayámonos a vivir al sur.
Todas las noches prendo una vela, y le pido a dios que algún día -no lo quiero presionar ni poner en un compromiso- solo le pido que algún día me des un beso.
¡Es que el desvelo me esta volviendo loco!

Ya no me importa más nada, dale, cambiemos nuestras vidas. Caminemos juntos por la avenida del amor y que la luna nos envié del cielo un suspiro como brisa del mar en esos veranos que traicionan nuestra suerte y nos miente en amores fugaces, seamos fuego reina mía, entrégate. Que el brillo de mis ojos te acaricien el alma, pero ¡basta! ¡¿Qué estoy diciendo?!, basta de mariconeadas, hacete mujer, carajo.

No, no, no podes estar con la forra de María del Carmen, la puta madre, hay miles pero miles de mujeres, justo con esa, me parece que mi vida es una completa humillación y cada segundo que pasa se esfuerza en hundirme aun más.
¿Qué pasa contigo, nena?. Si todo nos une. ¿O vos te pensas que me gusta estudiar psicología?.
Odio psicología, odio Piaget, te odio Sigmund, los odio a todos, pero no puedo imaginarme lejos de vos. Y ahora que estamos tan cerquita, que nos divide un banco, aparece la cornuda de María del Carmen y vos te haces lesbiana. ¡Te seduce una mina!.
¿Cuándo termina todo esto mi amor?.
Mirá que pasa rápido el tiempo, te lo digo por experiencia. De un día para el otro te haces lesbiana y yo me quedo en pelotas, acá en esta aula congelado.
Simule a la perfección toda una vida estar enamorado de otra mina, para que vos te enamores de mí, y te vas con la zorra de María del Carmen.
Toda una vida planeando este día para que vos me digas, como diciendo buen día, “no me presiones, ya te dije que me gustan las mujeres”. ¿Estamos todos locos o qué?.
Este amor no se termina. Ya estoy jugado. Tiene sentido esta búsqueda, tiene sentido, no me voy a dejar convencer por algo antinatural.
Y sabés que es lo que más me duele, que no te puedo cambiar. Eso me duele.
Y si te sonrió es de idiota que soy, nada más.
No te dejes engañar como lo hizo conmigo.
Justo María del Carmen, justo esa trola, justo mi ex.