Te Cortaría en Mil Pedazos : relatos, historias propias. Resucitandote en cada historia. | Weblog de Cristian Sena

Parte 3 - Final
"Todo termina"

—Y así nació Resortín, esto no lo pongas en la nota, tampoco pongas que estaba drogado, dame una mano.
—Sí quédate tranquilo Morcilla, la nota después la armo en la oficina tranquilo, no se preocupe.
—¿Seguimos?
—Sí como no, era verso lo del tiempo, tengo tiempo de sobra —dijo Morcilla haciendo un guiño cómplice.

Sonreí y le dije;

—Yo necesito llevar algo impactante para el diario, sino me echan a la mierda.
—Uh, estás hasta las manos.
—Mas o menos, cuando el director vea este notón se cae de orto. ¿Quién consigue una nota al creador de Recortín? Nadie.
—Y sí... ¿Tenes alguna otra pregunta?

—¿Qué paso con la fabrica, los empleados, y principalmente con “Resortín”?
—Y vos viste como son las cosas. Muchas personas decían que Resortín “era una pelotudes de un pajero que no tenia mejor cosa que hacer”, “que ni empedo lo comprarían”, mi tío mismo me dijo “¿Y con esto pensas vivir?”.
Tuvo su época, en ese tiempo fue furor, no había nene que no llore por un Resortín y un Naran-ju, pero Aluar me hundió.

—Perdón ¿Aluar, la fabrica metalúrgica?
—Si, esos mismos. Me robaron la idea y comenzaron hacerlos de acero inoxidable y claro, ¿Cómo competir contra esos hermosos Súper Resortines Reforzados?, los míos apenas tenían colores psicodélicos para que los nenes se idioticen, nunca se me hubiera ocurrido hacerlos de acero para que no se rompan, son cosas que uno no las piensa, viene otro y te arruina.
Tuve que cerrar la fabrica, deje dos empleados en la calle, fue muy triste para mí. Es más en este lugar, ves este galpón, acá mismo se fabricaban a los Resortines.

—¿Es decir que usted nunca demando a Aluar?
—Es que no los tenia registrados. Hay cosas macho, que en la vida no dejan de sorprenderte.

De pronto un teléfono comenzó a sonar, Morcilla se paró, y me hizo seña con las manos que espere un minuto, de lejos se lo podía divisar con un cuaderno, anotando y diciendo cosas como “¿Y hasta donde viaja? ¿Con espera? Ya se lo envío”

—¿Y ahora como sigue todo?
—Y ahora estoy acá, manejo una remiseria trucha, no estoy forrado en guita pero puedo sobrevivir.

—Gracias Morcilla, de verdad, muchas gracias, un gusto haberlo conocido.
—De nada pibe, cuídate, si alguna vez inventas algo por más pelotudo que sea regístralo, viste como son estas cosas.

Y me acompaño hasta la puerta. Comencé a caminar despacio, escuchando la entrevista y todo me parecía demasiado conocido, seria muy extraño que Morcilla tenga los mismos vecinos que yo en su barrio, muy extraño.
Seguí caminando y crucé al remisero que me llevo hasta el galpón, me saludo con la bocina y se reía.
El Morcilla vivía a dos cuadras de mi casa. Se ve que el remisero dio unas vueltas para despistarme.

Resortín

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Parte 2
"Parir siempre cuesta un poco"

—¡Como entraste campeón eh!, una cara de susto impresionante tenias.
—Sí, estuvo bueno, me cagué todo la verdad.
—¿Y viste?, sino pelotudeo un poco me aburro.
—Si, si, siempre hay que hacer cosas nuevas.
—Es que sino me deprimo.
—Eh, pero tampoco se me deprima que vengo hacerle una entrevista, ¡Che, vamos, no sea sonso!
—Es verdad, tenes razón, cuando quieras arrancamos. Fíjate si esta bien de azúcar.
—Esta exquisito, ¿lo hizo usted?
—Así es, con la ayuda de la cafetera, tampoco soy tan genio pibe. —dijo eso y abrió sus manos, en ese momento una sonrisa fanfarrona lo envolvió.
—¿Cuál es su nombre?
—Decime “Morcilla”.

Frente a mí, el creador. Una persona que supo llevar un invento rompiendo todos los prejuicios que se le afrontaron. Un ser, disculpen si les parece que me queda corto el adjetivo pero no podría definirlo de otra manera; un ser extraordinario.
Ya estábamos en confianza y podía comenzar con la entrevista.

—¿Podría trasladarse a la noche en que invento a “Resortin” y decirnos en que estaba pensando?
—Sí, como no. Déjame transportarme... —y cerro sus ojos— fue en el ‘89, a finales de Junio, pónele que eran las ocho de la mañana y venia de una caravana terrible.
Entre a casa y a mi siempre me gusto el Origami... si queres después te hago un porta sahumerios, esos me salen joya...
—Me vendría al pelo. Continué por favor.
—Como te decía, estaba fumeta-fumeta, por que en esa época la droga más fuerte por lo menos en mi barrio era la marimba (Marihuana), nada de merca. Entonces en pleno vuelo, flashe que una Jirafa echa en origami de papel de diario me corría. ¡Pero a las chapas me corría!, no sabes.
Mientras subía la escalera para esconderme en la pieza, no sé que paso, pero algo me agarro de los pies, entonces le tire una patada como si me hubiera convertido en un caballo y se la di en el mentón.
La jirafa comenzó a rodar por la escalera, pero se empezó a desarmar de una forma tan loca que comencé a ver a Resortin ahí. Y me cautivo su movimiento, me fascinó.

—Estamos hablando de un caso de amor a primera vista, por así decirlo...
—Claro, me enamore, fue re loco. Esa mañana me acuerdo que no me pude dormir, por que ya de pensar en la sonrisa de todos los nenes jugando con Resortin, me llenaba el alma, yo siempre fui de barrio, humilde, no tenia grandes juguetes...
—Entiendo, entiendo... continué, continué.

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