Te Cortaría en Mil Pedazos : relatos, historias propias. Resucitandote en cada historia. | Weblog de Cristian Sena

Parte 5
"Corazón de madera"

No te das una idea de lo difícil que es encontrar una casa después de más de veinte años.
Esta todo cambiado, las calles son todas contramano, edificios hasta en el ojete. Pero la encontré, ahí estaba, la misma fachada de siempre, una casa antigua de chapa, pintada de gris, una puerta doble y una ventana con detalles pintados de un gris más oscuro, todo cubierto por telas de arañas en las ondulaciones de las chapas.
Toqué timbre, y salió ella.

—¿Sí, quién es? –preguntó
—Hola, mirá, aunque no lo creas, yo soy el Ruli, vos salías con un tal Gabriel ¿Te acordas?
—¿A quién buscas?
—¿Vos no salías con un tal Gabriel, hace como veinte años atrás?
—Gabriel… —y se puso pensativa— sabes que me suena
—Mónica, ¿Vos no sos Mónica?
—No, yo no soy Mónica
—Ah, esta bien… ¿Acá no vivía una Mónica?
—Si me das un segundo, ya te digo —entró a la casa y del fondo me grito —A ver, vení Raúl.
—Permiso —entré a la casa —No, no me llamo Raúl, soy el Ruli, antes tenia Rulos.
—Bueno es lo mismo, entra que hace frío. Si fueras un ladrón ya me hubieras robado, aunque no tengo nada de valor.

Nunca tendría que haber entrado a esa casa.

—Yo soy inquilina, pero cuando alquile está casa, en una cómoda, encontré esta cajita de madera. Tiene fotos, hay cartas, una cadenita, yo la guarde por si alguien venia a recogerla. Ya paso mucho tiempo, y nadie se acerco.


En la tapa de la caja difícilmente se podía leer “Mónica” como si se hubiese escrito con esmalte para uñas. Al abrirla, hermano, mira lo que te digo, había muchas fotos, en todas estaba Gabriel con ella, abrazado, dándose besos, sonriendo, feliz, no sabes lo que fue ver a Gabriel con una sonrisa después de tanto tiempo.
Empecé a mirar y abajo de todo se veía un sobre escrito en imprenta con una letra adolescente que solamente decía “Gaby”.
Cuando lo agarre, hermano, pensé que me moría de un infarto, se me caían las lágrimas solas pero la mujer muy amable, me alcanzo un vaso de agua, me senté como pude y tenia el sobre en frente, me desparrame en la mesa. ¿Qué tenía que hacer?
Habría y cerraba los ojos como un zapallo a ver si el otro se me aparecía de nuevo y me daba alguna señal, pero nada, no apareció.
Guarde el sobre en la cajita.
La inquilina me contó que la que estaba viviendo anterior a ella, la dueña de la casa se había ahorcado cuando era jovencita, se le humedecieron los ojos cuando me lo relataba. Yo no la conocí, pensá que esta casa estuvo desabitada muchos años me dijo.
Que miedo tenía, escalofríos, mezcla de sentimientos, estuve tentado de preguntarle a esta mujer si me podía acostar un rato, la cabeza se me partía, me caía, me estaba derrumbando de la silla.
Le deje la caja a ella, junte fuerzas y me fui.


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6 Comentarios:

# Ro. dijo...

G

u

a

u


Cómo amo tus historias en serie, realmente las amo...

# Deambulante.a.la.deriva- dijo...

Me encanta este suspenso, pero la puta! Quiero leer como sigue.. No esta bien que me dejes cn el nudo en la garganta.

# Anónimo dijo...

Que final

# RABELO, Aline dijo...

Esta serie de posts está realmente buena.

# Carmen Conde dijo...

No tengo palabras... sólo suspiros. Me dejaste helada... Sencillamente, gracias por sacudir el alma *_*

# Cristian Sena dijo...

rro: Muchas gracias, eternamente agradecido. Un beso.

Deambulante.a.la.deriva: Gracias, y no es la intención, o quizás si. Un saludo grande, gracias por el comentario.

Anónimo: Gracias por el comentario. Saludos anónimos.

RABELO, Aline: Gracias, me alegro que le gusten, un saludo grande.

Carmen Conde: Carmencita, un beso y gracias por el comentario y la buena onda de siempre. Saludos!

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